lunes, 6 de marzo de 2017

Narramos la historia de Juanma, el recorrido por su dolor, un sufrimiento que lamentablemente se ha vuelto invisible para el poder y que ha saltado varias veces a los medios de comunicación. El testimonio de Juanma –tetrapléjico- es el reflejo de la vulneración de su derecho a vivir dignamente y aliviar su dolor crónico de origen neuropático con el único remedio que le resulta eficaz: el cannabis medicinal.
En la mañana del pasado miércoles día 22 de febrero, dos agentes de policía vestidos de paisano se personaron en el “Centro de Atención a Minusválidos Físicos - CAMF” de El Ferrol (A Coruña), dirigiéndose hacia Juan Manuel Rodríguez Gantes -tetrapléjico de 45 años residente en el centro-, quien se encontraba en su silla de ruedas, terminando de fumar el cannabis medicinal que usa -desde hace décadas- para aliviar su dolor crónico de origen neuropático. Tras identificarse como policías y directamente preguntarle si él era Juan Manuel Rodríguez, pasaron a recriminarle que estuviera consumiendo lo único que le alivia los dolores que sufre y le informaron de que iban a interrogarle.
Juanma preguntó si estaba obligado a contestarles, a lo que según nos contó el propio afectado, contestaron que sí. Ya que este hecho estaba transcurriendo en un lugar a la vista del resto de internos y pacientes del centro, le dijeron que podía elegir “si quería ser interrogado allí, ante la vista de los demás, o en otro lugar más privado”.
Juanma aceptó ser conducido a una sala -dispuesta por el director del centro para los policías- donde fue cuestionado sobre su consumo de cannabis medicinal para aliviar los dolores. En la 'conversación' se le presionó para que revelase cuál era el origen del cannabis que consumía y, dado que lleva décadas en una silla de ruedas como “gran dependiente” y con apenas movilidad en manos y dedos, quién era la persona que cedía sus manos, para liar los cigarros de cannabis que por sus dolores necesita. Juanma se negó a facilitar dicha información. Viendo el rumbo que iba tomando aquella 'conversación', Juanma preguntó si no debería haber un abogado allí presente y le contestaron que “no era necesario” y que “sólo estaban charlando”. Dado que Juanma se negaba a revelar la identidad de la persona que le prestó las manos para poder aliviar sus dolores, le informaron de que iba a ser “cacheado”.

¿Abogado? ¿Para qué? Si sólo estamos charlando...

Los agentes procedieron al registro de Juanma (incluidas sus pertenencias) en la silla de ruedas, requisándole unos 70 cigarros de cannabis medicinal con unos 15 gramos de yerba sin preparar, que la persona que le ayudó le había entregado “apresuradamente y sin haber podido terminar de liar todo el cannabis”. A partir de ese momento, a Juanma le empiezan a sugerir que pueden imputarle por “tráfico de estupefacientes” y a presionarle -con mayor intensidad- para que revelase tanto el origen del cannabis, como el nombre de la persona que había prestado sus manos a Juanma. Al verse amenazado con dichas implicaciones legales, Juanma volvió a decir que consideraba oportuno que allí hubiera un abogado, a lo que se le contestó que “si quería un abogado, que le fueran preparando para irse detenido”, por lo que nuevamente cesó en su pretensión, asustado ante dicha reacción por parte de los policías.
La situación terminó -allí- con la presencia de un mando superior de la policía, a quienes los desplazados llamaron al no obtener la información que querían, y no tener claro cómo proceder desde dicho punto. El inspector de policía que acudió, terminó finalmente decidiendo que no le llevarían detenido, pero que le impondrían una multa además de requisarle la única medicación que le alivia los dolores que sufre.
Juanma saltó a los medios en el año 2007 cuando un juez le absolvió, de la acusación presentada contra él por la dirección del centro, por cultivar unas plantas de cannabis en su habitación. Esto, que lo había hecho anteriormente sin problema alguno -incluso contando con el apoyo explícito del psicólogo de la Seguridad Social que le trata- pasó a ser cuestión de enfrentamiento cuando llegó un nuevo director, que fue quien impulsó la denuncia desestimada posteriormente por el juez. A lo largo del año 2008, gracias a la entrevista que publicó la revista “Interviú” (realizada por Alberto Gayo) su caso pasó a ocupar tiempo en televisiones y medios nacionales, quedando en la memoria colectiva como “el Ramón Sampedro de la marihuana” al tener una lesión producida de forma muy similar a la del conocido personaje, inmortalizado en la película “Mar Adentro” de Alejandro Amenábar. Pero a diferencia de este último, que luchó por su derecho a morir dignamente, Juanma quiere luchar -ya lleva muchísimos años luchando- por el derecho a poder vivir sin tener que sufrir dolores, gracias al cannabis medicinal. A diferencia de Ramón Sampedro, Juanma no quiere morir todavía; dicho estado de ánimo y perspectiva vital tiene buena relación con el alivio que le proporciona el cannabis medicinal, que le ha sido inesperadamente arrebatado.

Aún hay más.

Tras dejarle sin la medicación contra sus dolores -días después- la policía abordó en plena calle a un amigo de Juanma, cuando iba tranquilamente paseando con su mujer, y le llevó a comisaría donde tuvo que contestar preguntas relativas a su relación con Juanma (de nuevo sin presencia de juez o abogado) para posteriormente quedar “en libertad, pendiente de declaración ante el juez”.
Así nos lo contó Juanma a Cannabis.es, durante varias conversaciones telefónicas mantenidas desde que hizo público un llamamiento de auxilio en su blog, al quedarse sin cannabis y ver que también se está atacando a las personas que -de forma totalmente altruista y humanitaria- le prestan ayuda. Estas personas, lo único que están haciendo es suplir las carencias que conlleva la tetraplejia que sufre Juanma, y sin las que le sería casi imposible paliar sus complejos dolores que sufre, ante la negligencia de una administración que le prefiere con dolor antes que permitirle y/o facilitarle el tratamiento que le es más efectivo en su caso concreto.
Juanma pertenece a ese grupo de pacientes que, dada la etiología (patogénesis) de su dolor, no parecen beneficiarse adecuadamente de los analgésicos narcóticos de tipo opiáceo/opioide, como la morfina y, sin embargo, el cannabis les aporta el alivio que requieren. Como ha explicado muchas veces Juanma, su dolor es una señal incorrecta que mandan los nervios dañados a su cerebro, como lo es la sensación de “miembro fantasma” en aquellas personas que han sufrido una amputación. Esta sensación, en el cerebro de Juanma, se convierte en un dolor tan real e intenso como cualquiera de los que se pueden sufrir en un cuerpo físico. Y mientras que la morfina resulta poco efectiva en su caso, el cannabis medicinal le ha permitido tener una mejor calidad de vida durante años de consumo terapéutico, en el centro donde se encuentra y que es, a todos los efectos, su lugar habitual de residencia y hogar.
El dolor crónico de origen neuropático que sufre Juanma, no lo sufre como una consecuencia derivada de su tetraplejia, no. Lo sufre a consecuencia de una infección no tratada correctamente a tiempo y que forzó a los médicos a usar antibióticos con fuertes efectos secundarios (neuropatías) para salvarle la vida, aunque dejándole como enfermo de dolor crónico para siempre, por el daño causado en sus nervios. Juanma está en silla de ruedas -para toda su vida- por el accidente que sufrió el 8 de junio de 1990, al saltar al mar calculando mal la profundidad. Pero los dolores que sufre son un “extra añadido a su tetraplejia” que una infección mal tratada le dejó, y con los que lleva pudiendo lidiar años, gracias al cannabis medicinal.

¿Gracias al cannabis medicinal? ¿Solamente? No.

En el caso de Juanma -como en el de otros lesionados medulares de su tipo- convergen circunstancias especiales que lo hacen especial respecto a otros pacientes que se pueden beneficiar de uso del cannabis: su libertad de acción está gravemente disminuida, tanto para poder desplazarse de forma autónoma, como para poder prepararse su cannabis medicinal, dada la falta de suficiente movilidad en brazos, manos y dedos. Estos pacientes pasan una parte del día en su cama, y otra en la silla de ruedas (en caso de que su lesión lo permita) y para pasar de una a otra, requieren la asistencia de terceras personas, así como para vestirse, asearse o incluso alimentarse en algunos casos, ya que no podrían de no tener ayuda.
De igual forma, lo que para la mayoría es un acto trivial como liar un cigarro con cannabis, para una persona en la situación de Juanma es un objetivo inalcanzable sin la ayuda de terceros, que lo que hacen es -simplemente- prestar sus manos a quien, por un accidente, quedó sin poder usar las suyas como todos los demás. Y ese acto -de calidad humana básica- que es prestar unas manos a un paciente que no puede usar las suyas, y que necesita usar cannabis medicinal como tratamiento, está siendo en esta situación también objeto de ataque. No persiguen sólo a Juanma -no es el objetivo- sino que ahora persiguen a quienes le ayudan, de manera que por su condición de gran dependiente quede inerme y sin recursos, una vez ya asustados y señalados todos los que le socorren para que no sufra dolor.
Para Juanma, escribir todo esto sería una labor titánica. Desde Cannabis.es, estamos encantados de poder prestarte nuestras manos y nuestra voz, para que se reciba claramente tu petición de ayuda y tu mensaje.
Asimismo, esperamos que sean muchos los medios de comunicación que presten sus alas a Juanma para recibir el tratamiento adecuado sin coartarle la ayuda altruista de las personas que son sus manos, así como nosotros queremos ser su voz y esperamos no predicar en el desierto en un país que se considera ‘civilizado’ como España y en pleno siglo XXI.
#teprestomismanos
#teprestomivoz

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